"Una elección sagrada es aquella que no busca compensar una herida, sino sanarla" &endash; Rick Vassallo
De algún modo llego a mi conciencia la idea de que hay diferencia entre la calidad de las elecciones que hacemos en nuestras vidas. En cualquier momento podemos tomar una decisión que nos ponga en el camino de acercarnos al viaje de nuestra alma, o que nos aleje por completo de ese viaje. Cuando elegimos prolongar nuestro deambular sin la guía de nuestra alma, estamos eligiendo verter nuestra energía en el mundo de la personalidad. Cuando decidimos seguir nuestro anhelo, vertemos nuestra fuerza vital en esta elección sagrada
Al hacer elecciones sagradas, a menudo se nos presentan numerosas razones para elegir el más pequeño viaje sagrado. Cuando decidimos actuar como lo hace la mayoría es más conveniente para el mundo; pero puede que el espíritu, en su deseo de explorar todo sobre sí mismo, nos pida elegir un camino único.
Cuando nos encontramos frente al conocimiento o sensación intuitiva de que nuestro camino es diferente del de quienes nos rodean, podemos experimentar miedo. Este miedo crece al darnos cuenta de que las conexiones en las que hemos basado nuestra vida, ya no forman parte de nuestra realidad.
ACTUALIZANDO LOS LAZOS CON LA FAMILIA, LOS AMIGOS Y TUS GUÍAS
Estas conexiones, sean relaciones en el día a día o con la familia y amigos queridos, empiezan a cambiar. La añoranza que experimentamos es dejar que otros nos reflejen de vuelta la grandeza que sentimos dentro como un potencial. Conforme nos desprendemos de las relaciones con esas personas que no confirman en quien nos estamos convirtiendo, nos liberamos a nosotros mismos de entregar nuestra energía a las versiones pasadas de nosotros mismos.
¿Alguna vez has notado que al ver a un viejo amigo o familiar, de repente has sentido tu cuerpo tenso, o que tu cerebro se congela o te has escuchado a ti mismo/a diciendo algo que sabes que no es un verdadero reflejo de ti?
Los patrones de las relaciones con otros, incluyendo los lazos energéticos entre los chakras (o centros de energía), nos dicen mucho acerca de nuestra interacción con la gente. Cuando estos lazos o patrones no están actualizados, nuestra energía es re- estructurada según se mueve entre nosotros y los demás. Cuando esto ocurre, experimentamos el viejo patrón de pensamiento, emoción o comportamiento dentro de nosotros mismos.
Conforme crecemos y maduramos a todos los niveles, los lazos y los patrones de relaciones entre nosotros y los demás crecen y maduran perfectamente. En un mundo ideal, los lazos mantenidos entre un niño que crece y sus padres, se convierten en unos de adulto a adulto, actualizándose desde niño hasta adulto según el niño pasa por ha pubertad y alcanza la madurez.
En la realidad, pocos de nosotros ponemos al día la mayoría de los lazos con nuestros padres y amigos. Según perdemos los viejos lazos o patrones de relaciones, nos apartamos de aquellos que insisten en traer energías a través de los viejos lazos y los patrones de comportamiento pasados. Cuando nos sentimos incómodos o notamos las emociones en torno a familiares y amigos que nos han dejado "fuera de tiempo", es difícil actualizar estos patrones. Para ellos siempre seremos adolescentes, o siempre seremos alcohólicos o siempre nos gustará ir a esquiar.
Mucha gente simplemente no quiere cambiar los lazos entre ellos y los demás. Para exponerlo de forma sencilla: si alguien reconoce que tú has cambiado, debe reconocer aquellos cambios que han elegido y los que no han elegido realizar en sus propias vidas. Por esta razón, muchas relaciones sencillamente desaparecen.
Y, por supuesto, siempre está el regalo de la esperanza. Según ofreces a tu familia y amigos la opción de cultivar nuevos lazos entre ellos que reflejen quién eres ahora, también les ofreces la oportunidad de verse a ellos mismos de nuevo. Un método para empezar este proceso es reconocer que si estas experimentando o notando algo, lo que sea, puedes cambiarlo. Y cuando cambias algo, aquellos que están en tu vida lo notarán de una manera muy sutil.
Tu incomodidad, sea con las emociones o con tu cuerpo, se puede tratar. Simplemente siente o nota cada emoción o sensación, y pregúntale si eres tú. Por ejemplo, la tensión en tu respiración acerca de la tía Mar ¿es realmente tu respiración? ¿Eres tú en tiempo actual? ¿Es esa nube o peso en tu cabeza realmente tuyo? Si estás sintiendo algo que ya no está en sintonía con quién eres, las oportunidades son buenas. Y lo que sientes, por supuesto, no va a ayudarte a crecer más.
Una vez que entiendas que lo que estás experimentando ya no forma parte de ti (tanto si es una emoción, como una crítica interna, o una sensación física) el poder de liberarlo está en tus manos. No estás a merced de las emociones, pensamientos o sensaciones. Eso ya no te sirve. Puedes desprenderte de ello honrando que una vez te fue de ayuda y apoyó tu crecimiento. Ahora su utilidad ha terminado, y para que eso (esa energía, esa emoción o lo que sea) crezca y madure, necesita ir a otro sitio, dondequiera que sea.
Ten en cuenta que todas nuestras experiencias son patrones de energía. Hay un diseño energético tras cada emoción, sensación física y pensamiento. Nosotros somos los cuidadores de este patrón energético. Cuando elegimos aceptar este poder, alcanzamos nuestro lugar adecuado en el proceso de co-creación con el Espíritu.
Cuando reconocemos que estos diseños energéticos ya han cumplido con nosotros, también podemos reconocer que pueden servir a otros. La razón por la que estas energías se vuelven pesadas, repetitivas o engorrosas es simplemente porque ya no nos convienen, ya no forman parte de quienes somos. Es nuestro servicio como cuidadores el que permite que se liberen.. Y como consecuencia nosotros encontramos un nuevo equilibrio en nuestro cuerpo, mente y emociones.
Allí donde hay un servicio de ayuda el victimismo no puede prosperar. Al saber y convertirnos en los verdaderos dueños de nuestras vidas, aceptamos el papel de ayudar a las energías que nos han servido. Llegamos a entender de manera más profunda que ninguna energía es malévola, sencillamente está fuera de tiempo o de lugar en tu propio proceso. Al ser conscientes de ello crece nuestra compasión, y esta compasión nos permite ayudar a otros a liberarse y seguir adelante.
Los lazos y patrones energéticos de relaciones que no sirven para llevarnos a nuestras expresiones más elevadas, simplemente están atrayendo tu atención a la necesidad de que las liberes. El dolor, tanto si es emocional como físico, es la señal de que ya has dado un salto evolutivo y has ajustado tu cuerpo, tu mente y emociones a un nuevo nivel de integridad espiritual. Ahora, se reclama tu capacidad para que actúes ayudando a las viejas energías, liberándolas en el universo para que su propio crecimiento continúe.
Tu poder para liberar estas energías, también es tu poder para liberarte de los lazos o patrones de las relaciones. Tu capacidad para acabar o cambiar tu mitad de una relación pobre siempre está presente. Cuando aceptas y te liberas de cualquier energía, se le da la oportunidad de hacer lo mismo a la persona, o personas, involucradas. Esta es una opción para sanar, y es la oportunidad del sanador.
Acceder a tu poder es un proceso de auto-crecimiento y examen de tu corazón. Abrir tu corazón a tus propias heridas e imperfecciones es lo que nos permite ver las áreas que estamos comprometiéndonos a sanar. La limpieza te permite atraer a tu vida aquellos que celebran quién eres. La sensación de vivir en tu cuerpo, de experimentar claridad en tu mente y emociones es propia de quien celebra quién es y deja a los otros ser quiénes son.
Amor y Bendiciones
Norma Gentile (con ayuda de Atamira)
Norma Gentile es una sanadora que trabaja con sonido, y también es intérprete (Soprano) de música. Tiene una consulta privada y ofrece sesiones para sanación y talleres, así como lecturas canalizadas. Ha grabado varios álbumes. Su nuevo CD "Healing Chants of Hildegard" (Cantos para sanar de Hildegard) está disponible en www.healingchants.com
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