viernes, 11 de marzo de 2011

Especial Para Ti


Los árboles nacen de las semillas.

Sembremos buenas semillas.

Recibe un abrazo mi amiga, mi amigo.

Que las bendiciones del Padre y la Madre lluevan sobre ti.

Que la Paz y la Felicidad tomen asiento en tu corazón.

Que te permitas vivir con fidelidad a ti mismo, honrando al Creador
con Tu Felicidad.

Dios nos regaló una vida con la que podemos crear Amor o Dolor.

Y al final esta Nuestra Vida, es el regalo que Le ofrecemos nosotros.

Quiero verte sonreír cuando presentes Tu Ofrenda.

Acompáñame en esta maravillosa aventura. Come, bebe, respira, anda,
ríe, juega, trabaja, cánsate, duerme, ama, cuida, atiende, crea,
ora, besa, da, conmuévete, sopla y suda la Vida a través de todo tu
cuerpo…a través de todo tu Ser. La Muerte nos espera al final y
será una bendición si nuestra vida también lo fue.

Abre los ojos. Mira alrededor: Es La Vida.

La vida que creaste, que te enseña, que te acompaña y que a veces
te asusta…pero también la Vida que te bendice, te espera y te ama.

Abre el corazón. Siente. Es Dios diciéndote todo el tiempo lo que
es bueno para ti y lo que no lo es. Dentro de Ti está el Amor que
esperas demostrar a los tuyos y el Amor que crees necesitar de los
demás.

Ya sé que no todo parece ser perfecto, y que muchas cosas nos
recuerdan que somos frágiles; muchas cosas nos han lastimado tantas
veces que algunos de nosotros empezamos a reaccionar con miedo y
desesperanza ante todo lo que nos sucede.

¿Recuerdas la Gloria y la Belleza? ¿Recuerdas la Felicidad y la
Abundancia? ¿El Amor y la Sabiduría?...Si no lo recuerdas todavía,
talvez se debe a que elegiste olvidarlo para recordarlo en otro
momento. Quizás en este momento.

Creo que Dios es tan rico, que puede jugar a la pobreza.

Tan sabio, que puede jugar a la ignorancia.

Tan sano, que puede jugar a la enfermedad.

Tan feliz, que puede jugar a la tristeza.

Y creo que nosotros somos Sus hijos.

La Vida cambia. Todo cambia.

Tu cuerpo ya no es tan pequeño como el de un niño, ni tu mente tan
inocente; ambos cambiaron. Y lo que ves y sientes ahora también
cambiará. Porque tu cuerpo y tu mente conservan la capacidad de
transformarse.

Y es en este regalo divino donde reside el milagro. La Vida siempre
cambia. Si pudo transformarse en dolor, también puede transformarse
en gozo.

Así que por favor mi hermano, mi hermana: no te abraces al pasado
porque contigo o sin ti se mantuvo cambiando…y se convirtió en el
ahora. No cargues muertos en tus hombros porque pesan y también
apestan. Pero abraza el presente y demuéstrale tu amor. Ése Amor que
durante tanto tiempo has guardado esperando el momento adecuado.

La vida es así. Así eligió Dios que fuese. La gente nace y se
muere, se encuentra y se despide, se enferma y se cura, se entristece
y se contenta, contempla la luna y el sol, duerme y despierta, come y
defeca, trabaja y descansa, envejece, cambia…y eso no cambiará.
Sólo podemos gozarlo o sufrirlo: esa es nuestra elección…y esto
tampoco cambiará, porque es el Regalo más grande que hemos recibido.
Uno maravilloso: Elegir.

Así que todo esto es así, no puede ser de otra manera…

¿Dónde está entonces la Maestría de Nuestra Vida?

La Maestría de Nuestra Vida está en lo que hacemos; porque sin
importar el jardín en el que nos tocó vivir, las semillas que
sembremos hoy serán los árboles que veremos mañana.

Debemos sembrar sólo lo que queremos ver crecer; porque las semillas
son muy pequeñas al principio, pero muy grandes después.

Así que tenle paciencia a Dios y tente paciencia tú mismo.

Si te alejaste de tu casa dando mil pasos a la izquierda y quieres
volver a ella: cambia de dirección, pero no esperes estar en ella con
el primer paso que des para volver.

No esperes que todo el miedo se disipe la primera vez que decides
mostrar tu Amor. Pero sabe que ése primer paso es milagroso. Sabe que
pronto verás la victoria. Sabe que con la seguridad con la que el
día sigue a la noche, la desdicha se transformará en Felicidad.

Ten paciencia y disfruta el viaje. Porque cuanto más te acercas
mejor te sientes.

Cada vez que sonríes en vez de llorar Dios goza contigo.

Así que aquí no importa lo que recibes, porque ya lo tienes todo.

Aquí importa lo que das, porque tienes Amor y Dolor para ofrecer.
Amor y Dolor para sembrar en tu vida, en tus seres queridos, en tu
cuerpo y en tu mundo…

Recibe un abrazo.

Pronto la bendición de Tu Vida me alcanzará y estaré feliz de
recibirla.

Somos bendecidos ahora mismo.

Sembremos semillas de felicidad, sabiendo que los árboles pronto
crecerán. Que Dios y la naturaleza se encargarán de ello.

Sé feliz.

Que tu calidez nos cobije.

Que seas feliz.

Cortesia: Tu luz interior.

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